Sonríes, pero realmente no eres feliz.
Preguntas, pero no quieres saber.
Hablas, pero no dices nada.
Ríes, pero no te parece gracioso.
Lloras, pero en realidad no te importa.
Te levantas, pero te despiertas.
Duermes, pero no descansas.
Estás vivo, pero no estás viviendo.

domingo, 18 de enero de 2015

Esto no es una carta de amor. Pero es una carta de amor. La hago por mí, no por él. Él nunca la va a leer, ni sabrá que existe. Pero lo quiero hacer por mí, porque tal vez si lo escribo, dejaré de pensarlo. Lo conocí hace tres años, y sinceramente nunca me imaginé que fuera a ser tanto para mí. Siempre he sido una persona sola, y a pesar de que fue hace mucho, nunca he tenido algo parecido con alguien más. Nunca lo amé, pero no lo olvido. Y no lo voy a olvidar porque nunca me permite hacerlo, y tampoco quiero. Me gusta como me mira y no quiero olvidarme de eso. Me gusta como me sonríe y como me toma de la cintura para dejarme pasar primero. Todavía lo hace y sé que no es solo en mis sueños. En otra vida todavía estaríamos juntos. Por siempre. Una relación no solo depende de las partes, sino también del tiempo. No lo quiero, pero lo querré por siempre.