Sonríes, pero realmente no eres feliz.
Preguntas, pero no quieres saber.
Hablas, pero no dices nada.
Ríes, pero no te parece gracioso.
Lloras, pero en realidad no te importa.
Te levantas, pero te despiertas.
Duermes, pero no descansas.
Estás vivo, pero no estás viviendo.

sábado, 31 de diciembre de 2011

No sabes nada

Entras al quirófano. Estás nervioso pero no quieres admitirlo. En este momento, lo que más deseas es no haber madrugado, o no haber sabido sobre esta cirugía. Antes de entrar, tus seres queridos te recuerdan que están ahí para ti, que todo estará bien, y que nada te va a doler. Les sonríes, pero eso no acaba con tus miedos. Temes morir, temes que te maten, pero muy dentro de ti temes sobrevivir.
Estás consiente sobre los riesgos. Y estás tan nervioso que no sabes siquiera qué estás haciendo. Cuando menos te das cuenta estas en una camilla. No tienes más ropa que una de esas camisolas de enfermos. Antes de entrar pero después de llenar ese millón de papeles, te explican lo que te van a hacer, pero ya ni lo recuerdas. El cirujano se está limpiando, y el anestesiólogo sale por unos momentos. La instrumentadora no ha llegado, y estas casi seguro de que al lado de la puerta está una enfermera sentada.
La puerta se abre, y entra alguien que no puedes ver, justo cuando te ponen una cobija encima. "Para que no esté tan frío."Te dice la enfermera. Tratas de sonreírle, y se para frente tuyo una mujer. Es bajita, y por lo que te permite ver el tapabocas, su cara es joven. Te mira fijamente, y no sabes qué está haciendo, por lo que decides ignorarla, e incluso cuando ella dice "hola" no respondes. Cierras los ojos con fuerza.
Entra el anestesiólogo. "Hola, ¿cómo estás?" Te pregunta casual. Encuentras la pregunta estúpida, pero te dices que son los nervios los que te están haciendo pensar así. Entonces respondes "Hola, muy bien gracias." Aunque te das cuenta de que suenas penoso. El anestesiólogo te sonríe y pregunta "¿Nervioso?" lo miras fijamente y apenado. No sabes como responder, pero te das cuenta de que él no espera una respuesta. Le pide algo a la enfermera, te ponen algo en el dedo, y la misma chica de ahora está junto a él. "Respira profundo. Vas a sentir mucho sueño. Cuenta hasta diez." Dice el anestesiólogo.  Tienes una máscara de aire en la boca. Escuchas la máquina pitando al ritmo de tu corazón. Antes de llegar a cinco has perdido la conciencia.

Lo que no sabes:
- La instrumentadora que va a ayudar al cirujano tiene una hija de cinco años, cumplidos hace dos semanas. Para su cumpleaños alquiló un castillo de princesa inflable. El padre de la niña no asistió al cumpleaños porque estaba ebrio en un bar y no recordó qué fecha era.
- El anestesiólogo se está divorciando de su mujer. Se fue de la casa hace un mes, dejando con ella a sus dos hijos. Carla, de quince, y Samuel de once.
- El cirujano que va a operar es una persona demasiado buena, de ese tipo de perdonas que sufren con sólo vivir en el mundo. Seguramente trata de ayudar a los otros para olvidarse de sus problemas y darse cuenta de que hay personas con problemas más graves.
- La joven que anteriormente lo miraba fijamente es la hija del cirujano. Tiene 15 años, y parece gustarle la medicina, por lo que pidió a su padre que la llevara una cirugía. Anteriormente lo miraba fijamente, tratando de saber más cosas sobre él con solo mirarlo. Pero frustrada al no poder siquiera imaginarse una pequeña cosa sobre él. Cuando él la miró, ella sonrió, pero gracias al tapabocas él no pudo notarlo.

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